15 de marzo de 2010

El Espíritu y la opresión (2da parte)

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La oveja es el espíritu del ser humano. El hombre poderoso, aquél que quiere utilizarlo. El cerco, los perros y el mago, son los ayudantes del opresor.
Cercar el espíritu es separarlo del mundo por la ignorancia. Rodearlo con cuidadores, es mantenerlo en la docilidad por la violencia y la fuerza, infundiéndole el temor. Finalmente, adormecerlo es degradar el espíritu con persuasión y bellas falsedades.

A través del tiempo se han usado esas tres formas de asesinato del espíritu.
La ignorancia y el temor no han sido suficientemente poderosos como para contener los impulsos de libertad. Por otra parte, un hombre ignorante y temeroso no es tan útil al opresor como aquel que ha sido instruido y no es necesario ejercer ya violencia en él porque está de acuerdo con la infamia.
Cuando un hombre no necesita de cercos ni de cuidadores y está conforme con la falsedad de su vida es porque su espíritu ha muerto.
Hay quienes venden su libertad interior con tal de lograr seguridad o bienestar material. Estos son los que se dicen libres porque no desean otra vida y les resulta injurioso quien habla de la necesidad del despertar.
Cuando los hombres duermen de este modo, colaboran con la opresión y producen en bien del opresor. A ellos de les considera "útiles" a las causas del Estado que a la vez sirve dócilmente a un imperio.
Un hombre que se ha degradado a tal punto es un triunfador y se lo pone como ejemplo de trabajo y superación. Ese recibe su paga a costa del sufrimiento de otros a quienes considera incapaces.
El triunfador puede llegar a serlo únicamente colaborando con los mandatos del amo se llame Estado, Moral o Religión.
El falso triunfador duerme, pero a menudo sus sueños están llenos de sobresalto porque tarde o temprano algunas ovejas despiertan y comienzan a despertar a las demás...Poco a poco en el redil se advierte que ya no se cree en la falsa libertad.

Los triunfadores no necesitan de esta enseñanza porque ya han saciado su ambición. ¿A qué tanto alboroto cuando es a los fracasados a quienes dirijo mi palabra?
Creo únicamente en aquellos que se reconocen fuera del cerco y no gozan de los beneficios del triunfador.
¡Ah triunfador! no puedes reprocharme que ho hable para ti, porque no me necesitas, ¿y si hablo para el que me necesita, a qué te metes conmigo?
Fracasados son los pobres y los enfermos y los sin fuerza y los sin porvenir. Son los que han sido defraudados en sus ideales, truncados en sus amores, escarmentados en su fé, traicionados en su bondad.
Cuando te reconozcas fracasado te daré consuelo porque entonces tuyo será el espíritu y descubrirás la necesidad de la liberación interna, la necesidad del renunciamiento, la necesidad de mata el deseo.

Silo.
22 de Enero de 1969, Valparaíso.

El Espíritu y la opresión (1era parte)

Existió un hombre muy poderoso que tuvo gran cantidad de ovejas. A fin de impedir su escape levantó un cerco. Sin embargo, algunas rompían la prisión y lograban fugar. Para evitar esto, el hombre poderoso trajo perros que las vigilaban noche y día.
A pesar de todo, algunas podían huir y otras eran muertas por los cuidadores que arruinaban su carne y su piel con feroces dentelladas. Entusiasmados con esto, penetraban al redil continuando la matanza.
Vio el hombre poderoso que el cerco era frágil para contenerlas y los cuidadores peligrosos.
Mandó entonces en busca de un mago. Este durmió a todas las ovejas y les hizo soñar que eran libres. Al despertar, siguieron creyendo que obraban voluntariamente y ya no abandonaron a su amo.
De este modo, el hombre poderoso retiró el cerco y los cuidadores, bastando tomar de las ovejas a su gusto cuando necesitaba de carne y de piel.

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Paz en el corazón, Luz en el entendimiento.

Origen del Universo

La Luz convergió sobre sí y esto dio lugar al surgimiento de expresiones energéticas y materiales densas. Ese fue el paso de la caída de la luz. Aquello provocó la explosión original, y desde ese centro, proyectándose desde ese centro, radiación y masa de materia ígnea se expandieron a velocidades crecientes. De este modo, lo que fue configurándose como nebulosas, galaxias, soles, planetas y lunas de distintos sistemas, se sigue acelerando mientras se aleja de su centro original describiendo ciclos espiralados. A medida que se alejan esos cuerpos van regresando a su origen por su trayectoria curva, mientras se aceleran aproximándose a la velocidad de la luz. Finalmente, todos los cuerpos terminarán convirtiendo su materia en energía radiante y esta energía se transformará en luz que convexionará sobre un centro desde todas las direcciones del espacio curvo, para producir una nueva explosión creativa.

En síntesis: la Luz es eterna, es el origen y fin del Universo.


H. Van Doren.
Siloísmo, doctrina y práctica.